miércoles, 14 de marzo de 2007

TRAJE TIPICO REGIONAL



Traje Regional

El traje regional de las mujeres campechanas es mestizo y tiene su origen en el estreno. Las mujeres solían estrenar cuatro veces al año: en el carnaval y en las fiestas de San Juan, San Román y la Purisima Concepción. En aquella época las patronas le relagaban a su servidumbre los ajuares completos, que con el paso del tiempo se convirtieron en el traje típico de la mujer campechana .

La mujer campechana, especialmente la que vivía dentro del recinto amurallado, vistió al principio el "huipil", con una blusa o camisa que conserva la misma hechura de la parte superior del huipil original, la blusa se borda a mano con hilos negros al rededor del cuello, de forma cuadrada y de las mangas y del cuello. Los motivos que se bordan están inspirados en las flores de cebolla y calabaza; la primera es más vistosa y más rica en belleza, plasmándose sobre el fondo bordado de lino un bordado de hilo de algodón negro con los símbolos del escudo de la ciudad, murallas y naves con velamen en actitud de arribo. La orilla del cuello y de las mangas lleva un breve encaje que confeccionan con hilos negros y con la misma aguja que han bordado el "punto de cruz". Este encaje se denomina "puntillo" y algunas personas lo llaman "lomillo". La falda o saya que llega hasta los tobillos es de percal o zaraza, tafeta fina estampada o brocado español, a veces termina con un olán de la misma tela al cual le llaman "arandela". Debajo de la saya lleva una pollera blanca (la mujer campechana es por naturaleza impecable y limpia), llamada enagua, recogida al igual que la saya. Complementan el traje un hermoso reboso de Santa María, que saben llevar con gran garbo; este reboso ha sustituido definitivamente la pañoleta o mantilla que anteriormente se portaba. Por último las chanclas o chancletas, confeccionadas en suela dura y charol negro sobre en que se afanan los zapateros con bordados en hilera blanca. Estas chanclas, tienen una reminiscencia morisca. Las puntas se proyectan hacia arriba, en la parte trasera en breve tacón, ya que gustan las bailadoras de armonizar en los sonidos musicales con el golpe del tacón al bailar, el folclore. Se adornan el pelo con peinetas de carey, semicirculares con incrustaciones de oro, monedas antiguas y piedras preciosas. De su cuello pende una gruesa cadena de oro llamada "soguilla salomónica". A veces éstas son tan largas, que abarcan tres vueltas al cuello, llegando hasta la región del ombligo. De esta soguilla penden invariablemente seis monedas antiguas de diez pesos de oro y rematadas por un doblón español o una imagen pesada de oro puro. Los aretes son monedas y a veces una paloma prendida en el óvulo de la oreja; sostienen las alas y el pico, respectivamente, breves cadenillas que rematan en esferas de oro puro. Su peinado es una larga trenza y moño de vistoso color.







MUSICA Y BAILES REGIONALESPor herencia maya directa, los campechanos gustan mucho de las notas musicales en todas sus formas, desde las canciones románticas hasta las alegres serenatas, es por ello que suelen darse frecuentes conciertos y festivales de música, así como danzas regionales que poseen la clara y distintiva personalidad de esa parte de Latinoamérica.Los indígenas mayas de la región de Campeche acostumbraban celebrar sainetes, representaciones y pantomimas, llamadas “Baldzamil” en las fiestas baldzames. Usaban como instrumentos “Tunkules” de sonido triste que tocaban con un palo largo; trompetas delgadas formadas de palos huecos; percusores de concha de tortuga; sonajas que eran frutas secas con semillas en el interior; flautas de carrizo y de barro y caracoles grandes que usaban como instrumentos de viento.Entre las celebres danzas practicadas todavía destacan: “El Son del Gallo”, “La Cabeza de Cochino”, “El Cot-Cat-Tzó” (destrozamiento del guajolote) y “El Kub Pol (entrega de la cabeza de cochino).Se considera como el más bello canto maya el que se entona en los Xtoles o danzas de las Cintas.Con la colonia los españoles trajeron a Campeche el acervo de sus canciones y danzas. Todavía a principios de siglo durante las vaquerías campechanas la ejecución de sones supervivientes del fandango español: “El Jarabe Gatuno”, “El Toro Grande”, “El Torito” y perteneras y rondeñas.

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